EN LA ALFOMBRA, SENTADA, ESTÁS DESNUDA
Lo mismo que la antorcha, estás desnuda,
perfección de la llama es tu belleza.
Perfección, desnudez, abstractas, hablan
no a los sentidos, al entendimiento.
Primor y perfección suman belleza,
delicado equilibrio de las formas:
serenidad de las constelaciones,
glacial incandescencia del diamante.
En la alfombra, sentada, estás desnuda;
repliegas contra el pecho las rodillas:
sin ofrendarte exhibes tu inocencia.
Ausente, me sonríes, como en sueños.
Desnuda eres irreal de tan perfecta.
¡No veo el cuerpo, miro tu hermosura!
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